Inteligencia Artificial: Herramienta, no sustituto del talento humano

Rodrigo Flores Guerrero
Doctor en Psicología Organizacional
Director del Magister en Gestión de Personas Universidad San Sebastián

En la era de la transformación digital, la inteligencia artificial (IA) ha emergido como un
fenómeno que redefine las fronteras de lo posible en el ámbito empresarial. Sin
embargo, surge una interrogante crucial: ¿Podrá la IA superar a la capacidad y
creatividad humanas en las organizaciones?
La humanidad siempre ha sido la base de las organizaciones. Cualidades como la
empatía, la creatividad, y la toma de decisiones éticas son inherentes al ser humano y
fundamentales en áreas como la gestión de personas, el liderazgo de equipo y la
psicología organizacional. Estas habilidades humanas son insustituibles y forman el
núcleo de un liderazgo eficaz y una gestión emocionalmente inteligente.
La IA destaca en tareas que involucran el procesamiento de grandes volúmenes de
datos, la automatización de procesos repetitivos y la identificación de patrones. Su
integración en el lugar de trabajo no debe verse como una amenaza, sino como una
oportunidad para realzar nuestras capacidades. Al asumir las tareas más mecánicas, la
IA nos permite enfocarnos en aspectos más estratégicos y creativos del trabajo.
Un ejemplo destacado de esta simbiosis es el uso de sistemas de IA en la selección de
personal, donde algoritmos avanzados pueden realizar una primera selección basada
en criterios objetivos, permitiendo a los profesionales de recursos humanos
concentrarse en el aspecto más humano del proceso. Esta colaboración entre máquina
y persona no solo aumenta la eficiencia, sino que también aporta una perspectiva más
equilibrada y justa en el proceso de selección.
La inteligencia artificial es, sin duda, una herramienta poderosa en el arsenal de
cualquier organización. Pero su verdadero valor reside en cómo la utilizamos para
potenciar, y no reemplazar, nuestras habilidades y talentos humanos. En el equilibrio
entre la tecnología avanzada y la inigualable profundidad de la inteligencia humana
yace el futuro del éxito organizacional.
Invito a cada líder, cada gestor de personas, a reflexionar sobre cómo podemos
integrar la IA en nuestras organizaciones de manera que enriquezca y complemente
nuestras capacidades humanas, llevando nuestras organizaciones hacia un futuro
donde la tecnología y la humanidad avanzan de la mano.