Más de 800 mil niñas, niños y adolescentes viven en pobreza en el país

  • Expertos sostienen que regiones como las de Tarapacá y la vecina Arica y
    Parinacota poseen una niñez expuesta a mayores vulnerabilidades, y que
    enfrenta -además- grandes carencias en salud, educación, nutrición y
    vivienda.

Durante esta semana se conmemoró el Día de la Niñez y, con ocasión de ese hito, se volvió a
recordar que nuestro país tiene 4,4 millones de niños, niñas y adolescentes, aunque viviendo
realidades muy disímiles: mientras un grupo en la parte alta de la pirámide social goza de una gran
calidad de vida, de manera simultánea persisten muchos desafíos, entre ellos la situación que viven
las niñas y niños más desfavorecidos en Chile.
Según recogió la última Encuesta Casen 2023, más de 800 mil niños, niñas y adolescentes viven en
hogares que están en la denominada “situación de pobreza multidimensional”, un concepto bien
complejo que implica a
MENOR CALIDAD DE VIDA
De manera paralela a esa realidad, también en Chile casi medio millón de los menores de 18 años
vive en hogares que se encuentran en pobreza por ingresos. Y, en ambos casos, estas cifras traen al
debate público la necesidad urgente de que la sociedad chilena dé respuesta a los problemas que
enfrenta la niñez en Chile y que, desde la política pública, se rediseñen las estrategias y soluciones.
De acuerdo a Arturo Celedón de Andraca, Director Ejecutivo de Fundación Colunga -organismo no
gubernamental que trabaja desde hace once años en el tema de la niñez-, es relevante considerar las
diferencias entre cada medición: “Es la pobreza multidimensional la que nos permite entender cómo
tratamos a la niñez en Chile, ya que ella considera las distintas dimensiones que afectan la calidad de
vida de niñas, niños y adolescentes de nuestro país, por ejemplo, ingreso familiar, déficit
habitacional, contaminación ambiental o acceso a servicios básicos, entre otros”.
Respecto a los datos, el profesional subraya que en el país los hogares que tienen personas entre 0 y
17 son los que presentan más pobreza y pobreza extrema, “lo que se podrían vincular a los costos
que se asumen al tener a niñas y niños bajo cuidado”. Asimismo, el análisis advierte que en algunos
territorios la niñez está más expuesta a la vulnerabilidad como son aquellos vinculados directamente
a comunidades indígenas, extranjeros o de regiones específicas como Arica y Parinacota, Tarapacá,
Maule, Ñuble, La Araucanía, tienen una mayor probabilidad de vivir en condiciones de pobreza.
La malnutrición es otra preocupación destacada, ya que uno de cada cinco hogares en situación de
pobreza extrema presenta casos de malnutrición entre sus niños, lo que puede traducirse en
sobrepeso, obesidad o desnutrición.
Otro gran problema adicional es el hacinamiento habitacional, que afecta a más de 300 mil niñas,
niños y adolescentes que viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema, lo que aumenta la
probabilidad de contagio de enfermedades respiratorias agudas y de sufrir violencia intrafamiliar,
además de enfrentar mayores dificultades de aprendizaje y escolaridad.

LOS EFECTOS FUTUROS
Haciendo una inflexión con la contingencia actual en torno a la seguridad ciudadana y criminalidad
ambiental, los sondeos y estadísticas hablan que 1 de cada 3 niños integrantes de hogares pobres
declara “haber presenciado” eventos de tráfico de drogas, balaceras o disparos con armas de fuego
en el último mes.
A pesar de todos los datos entregados anteriormente, el psicólogo y también magister en sociología
considera que medir la pobreza por ingresos del hogar resulta una “medición insuficiente” y sostiene
que “existe un consenso bastante generalizado respecto del carácter multidimensional de este
problema, de modo que la pobreza puede manifestarse como privaciones en distintos ámbitos como
son la salud, la educación o las condiciones de habitabilidad, y no solo como ingresos por debajo de
un cierto umbral. Sin embargo, por ahora, no existe en Chile una medición multidimensional que
levante datos acerca de las necesidades y características propias de niñas, niños y adolescentes, sino
(que da cuenta) solamente de los hogares en los que viven”.
Celedón de Andraca afirma que experimentar pobreza es perjudicial para el bienestar de niñas, niños
y adolescentes; que nacer y crecer con privaciones materiales tiene efectos de corto, mediano y
largo plazo en su vida, pudiendo además determinar fuertemente sus trayectorias futuras.
Finalmente, Celedón insiste en recalcar la necesidad de implementar mediciones que identifiquen
cuáles son las necesidades específicas de la niñez, “que considere intereses y necesidades
particulares de niñas, niños y adolescentes, que permitan identificar las brechas para el
cumplimiento de sus derechos y que permita monitorear avances, es un elemento clave para
impulsar una agenda transformadora en pobreza infantil. Es fundamental que los problemas que son
multidimensionales tengan también respuestas multidimensionales”, dijo al cierre.