Condenas de 20 y 15 años de cárcel para secuestradores y asesinos de comerciante

El Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Iquique condenó ayer a M.V.M.C. y
A.B.A.P. a penas de 20 años de presidio efectivo, más las accesorias legales
de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y derechos
políticos y la  inhabilitación absoluta para profesiones titulares mientras duren
las condenas, en calidad de autores del delito consumado de secuestro con
homicidio del comerciante iquiqueño Nelson Murúa Páez, Ilícito perpetrado en
enero pasado, en el sector de la toma La Mula de Alto Hospicio.
En fallo unánime, el tribunal –integrado por los magistrados Loreto Jara Peña
(presidenta), Rodrigo Villar Bustamante y Rodrigo Vega Azócar (redactor)–
condenó, además, al acusado K.H.R.N. a 15 años de presidio efectivo,
accesorias de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y
derechos políticos y la inhabilitación absoluta para profesiones titulares
mientras dure la condena, en calidad de coautor del delito.
 
Una vez que el fallo quede ejecutoriado, el tribunal dispuso que se proceda a la
toma de muestras biológicas de los sentenciados para determinar sus
respectivas huellas genéticas e inclusión en el registro nacional de ADN de
condenados. Además, se decretó el comiso de la especie incautada en el
procedimiento.
 
El tribunal dio por acreditado, más allá de toda duda razonable, que la acusada
M.V.M.C. trabajó para la víctima en una feria de la comuna de Alto Hospicio,
tras lo cual siguieron en contacto, “en cuyo contexto el primero le brindaba
dinero, permitiendo que esta pudiera conocer su situación económica y la de su
familia, entre estos, de uno de sus hijos, abogado de la ciudad”.
 
Así, el 6 de enero de 2021, cerca de las 10 horas y previa coordinación
telefónica con M.V.M.C., la víctima “(…) concurrió hasta el domicilio de la
mujer, emplazado en el sector de la Toma de la Mula en Alto Hospicio, donde
esta habitaba junto a su pareja A.B.A.P. y a K.H.R.N., quien ocupaba otra
dependencia dentro del mismo recinto, instantes en que estos dos últimos no
se encontraban en el lugar. Al arribar N.A.M.P. fue retenido y privado de su
libertad, por sujetos desconocidos que lo ingresaron a la residencia en que
permanecía M.V.M.C., procediendo a tomarle fotografías y grabar audios en los
que solicitaba a su hijo no concurrir a la policía, pues sabían que era abogado y
que tenía contactos, manteniéndole en todo momento amarrado y con los ojos
vendados”.
 
“En horas de la tarde de esa misma jornada –continúa–, A.B.A.P. y K.H.R.N.
llegaron hasta su casa, percatándose del secuestro y privación de libertad de la
víctima, y estando en condiciones de impedirlo, consintieron en mantenerlo
cautivo, con el objeto de extorsionar a su familia para el pago de una suma
dinero”.
 

Al día siguiente, 7 de enero, “(…) la víctima fue golpeada, torturada y
asesinada, recibiendo heridas con elementos cortantes, punzantes y
contundentes en diversas partes de su cuerpo, luego de lo cual la trasladaron
hasta una vivienda aledaña, donde finalmente enterraron su cuerpo, maniatado
de pies y manos”. Poco después, un sujeto no identificado, actuando como
“intermediario”, contactó al hijo del occiso, le envió las imágenes, audios y
video de su padre, extorsionó y amenazó de muerte.
En tanto, el 8 de enero de 2022, “K.H.R.N. concurrió hasta el domicilio en que
el occiso había sido inhumado, y con el objeto de ocultar el cuerpo del delito y
que no fuese descubierto por los funcionarios policiales que ya realizaban
diligencias en el sector, procedió a desenterrarlo y a trasladarlo hasta un sitio
eriazo ubicado en la misma toma de La Mula”.
 
Diligencias que se desarrollaban simultáneamente, permitieron recopilar
información acerca de la vivienda donde se había mantenido cautivo y privado
de libertad a N.A.M.P., correspondiendo al domicilio de los condenados,
ubicado en la tomas La Mula de Alto Hospicio, lugar al que previa orden
judicial, la policía hizo ingreso cerca de las 14:50 horas del 8 de enero de 2022,
identificando la habitación y la cama donde se habían tomado las fotografías
enviadas a la familia de la víctima, además de un cuchillo con rastros de sangre
del occiso, cuyo cuerpo fue encontrado en horas de la tarde envuelto con una
sábana, amarrado de pies y manos, con su vestimenta completa y heridas
punzocortantes que le ocasionaron la muerte.