Preocupante nueva incautación de fentanilo

Mauricio Muñoz Llanos
Director Química y Farmacia
Universidad Andrés Bello, Concepción

En menos de una semana la Región del Biobío registró dos incautaciones de fentanilo, lo
que, sin duda, enciende las alertas en cuanto a la proximidad de la venta ilegal de esta
droga. Este poderoso analgésico, originalmente destinado para el manejo del dolor
intenso en entornos médicos controlados, se ha desviado hacia el mercado ilícito. Sus
múltiples formas y presentaciones, ha encontrado un camino peligroso hacia las calles,
contribuyendo de manera alarmante a la creciente tasa de sobredosis y muertes
relacionadas con drogas en Estados Unidos. Esta situación exige una comprensión clara
de sus usos médicos legítimos, así como de los efectos adversos y tóxicos que se
desencadenan cuando se desvía de su propósito inicial.
En el ámbito médico, el fentanilo se destaca por su eficacia en el control del dolor agudo,
un aliado valioso en el postoperatorio inmediato y en el alivio del dolor en pacientes con
enfermedades terminales. No obstante, su potencia requiere una administración precisa y
supervisión constante por parte de profesionales de la salud.
Sin embargo, fuera de este entorno controlado, se ha convertido en una amenaza letal. La
sobredosis de fentanilo es una triste realidad en muchas comunidades, con síntomas que
incluyen dificultades respiratorias, confusión y en casos extremos, paro cardíaco. Es una
droga que no perdona errores y que exige una respuesta urgente.
Además de los efectos adversos comunes como náuseas, vómitos y somnolencia, el
fentanilo presenta un riesgo significativo de adicción y dependencia. Su potencia hace que
incluso pequeñas desviaciones en la dosificación puedan tener consecuencias graves. La
interacción con otros medicamentos, especialmente aquellos que afectan el sistema
nervioso central, aumenta el riesgo de depresión respiratoria, un peligro latente para
aquellos que lo consumen sin supervisión médica.
Esta crisis de fentanilo u opioides, no solo representa un desafío médico, sino también
una llamada a la acción para abordar las raíces profundas de la epidemia de drogas. Es
imperativo que se promueva la educación sobre el uso seguro de medicamentos, se
refuerce la supervisión médica y se intensifiquen los esfuerzos para prevenir su desvío de
hacia el mercado ilícito.
En Chile, la situación no es menos alarmante. En localidades como Lonquimay y Coronel,
se han registrado casos de tráfico, lo que ha agudizado la crisis de drogas en el país. Las
autoridades y profesionales de la salud están redoblando esfuerzos para combatir esta
amenaza creciente y sensibilizar a la población sobre los riesgos asociados con el
fentanilo.
En este contexto, la comunicación abierta entre profesionales de la salud y pacientes se
vuelve esencial para garantizar un manejo seguro, minimizando así los riesgos asociados
inherentes a su uso como herramienta terapéutica. Es crucial recordar que ante cualquier

duda puede siempre consulta a tu médico o químico farmacéutico para obtener
orientación específica.
Ante el oscuro panorama de tráfico y consumo de drogas ilícitas en el ámbito de la salud
pública que vive el ´país, de acuerdo con los antecedentes que se están manejando y la
experiencia internacional, el fentanilo como droga de abuso puede agravar aún más esta
situación. La educación y responsabilidad colectiva son el primer paso hacia la
recuperación y la prevención de futuras tragedias.