Niños y niñas de Alto Hospicio exponen sus ideas para aportar a solucionar los desafíos en sus escuelas


Propuestas como generar espacios para conocerse mejor con el fin de evitar el
“racismo”, la creación de un banco de alimentos con la comida que no ha sido
aprovechada en la escuela y carteles con mensajes positivos para contrarrestar los
insultos grabados con lápiz en las paredes de los baños, son algunas de las
propuestas que dieron a conocer estudiantes de Alto Hospicio en un programa que
tiene como objetivo mejorar el autoestima de los estudiantes a través del trabajo
en equipo y el reconocerse como agentes de cambio.


El Colegio Monte Carmelo y el Liceo Bicentenario William Taylor, ambos de Alto
Hospicio, se reunieron para presentar algunas de las 43 acciones de cambio
propuestas por los más de 200 niños, niñas y adolescentes que estuvieron
trabajando este semestre en el programa Accionadores en Tarapacá de América
Solidaria.
Las ideas de los estudiantes entre sexto básico y segundo medio están vinculadas al
cuidado del medio ambiente, convivencia escolar, violencia de género y
contaminación.
“Es importante este espacio porque nos damos cuenta de que en otras escuelas los
estudiantes comparten desafíos similares a los que enfrentamos nosotros. Además,
nos hacemos responsables de un problema de nuestro alrededor y es importante
para mí saber que podemos generar cambios a través de pequeñas acciones”,
explicó Samira León (15 años) de Iº medio del Colegio William Taylor.
El proyecto que implementa América Solidaria —organización que incentiva
experiencias positivas de niños y niñas en cinco regiones del país— promueve que
los estudiantes identifiquen desafíos en sus comunidades y propongan acciones de
cambio.
“El programa invita a los y las estudiantes a mirar su entorno y pensar en soluciones
conjuntas. Si no les damos a niños y a niñas la posibilidad de opinar como sociedad
estamos perdiendo un punto de vista valioso”, explica la socióloga Paloma Acevedo,
coordinadora del área de niñez y adolescencia de América Solidaria.
PROPUESTAS DE CAMBIO

Después de identificar como un problema los “insultos” escritos en las paredes “que

pueden llegar a ser ofensivos y humillantes”, en sus palabras, un grupo de niñas
propuso poner carteles con mensajes positivos como “siempre cree en ti, no dudes
de tus capacidades”.
Las acciones de cambio en los colegios de Alto Hospicio han estado principalmente
enfocadas en trabajar contra la violencia al interior de los establecimientos
educacionales: contra las mujeres, las peleas en el recreo, la comunicación agresiva y
los insultos. Y es que, para octubre de 2023 la Superintendencia de Educación
registra que Tarapacá acumula 194 denuncias por casos de violencia escolar durante
el primer semestre del 2023
“Nos hemos dado cuenta de que la resolución de conflictos está enfocada
principalmente en golpes, peleas y un manejo de la emocionalidad desde la
reactividad y no desde el diálogo y la discusión. Creo que la resolución de conflictos
fue una de las sesiones más poderosas”, describe Alejandra León, politóloga y una de
las profesionales voluntarias del programa que trabaja en las escuelas de Alto
Hospicio.
“Otra iniciativa es integrar un espacio de diez minutos al final de la jornada para
hablar de temas con que se sintieron incómodos durante el día con el objetivo de
resolverlo. Planteando que la palabra y el discurso son capaces de transformar
realidades a través de soluciones pacíficas y conciliadoras”, agrega.
En una comuna invadida por toneladas de ropa convertida en un vertedero ilegal,
basurero de ropa que es visible desde el espacio —de acuerdo con una imagen
satelital de la campaña SkyFi, algunos grupos de estudiantes se enfocaron en el
desafío de la contaminación.
Un grupo identificó que había alimentos que no estaban siendo bien aprovechados
por los estudiantes en el colegio y notaron que afuera del establecimiento hay
personas viviendo en situación de calle. En consecuencia propusieron crear un
banco de alimentos para ellos.
Otros cursos propusieron acciones para lograr la separación de residuos al interior
de las escuelas. Por lo que se organizaron para hacer basureros diferenciados
elaborados con materiales reciclables como cartón.
EL PROYECTO

María José Abarca, coordinadora del proyecto Accionadores, describe que los
docentes de los colegios con quienes trabajan les han manifestado que las
estrategias educativas tradicionales “no están dando resultados, lo que ha
involucrado nuevos desafíos”.
Es en ese espacio donde estima que Accionadores es útil, ya que según la
coordinadora trabajan con metodologías participativas lúdicas, y ven a los
estudiantes tener otro tipo de involucramiento: “Los vemos activos en la realización
de las sesiones más que en otras asignaturas”.
El cierre de establecimientos durante la pandemia —259 días lectivos— tuvo
impacto en los colegios: profundizó las brechas existentes en centros educativos,
agudizando brechas en el aprendizaje y deterioro de la salud mental de estudiantes
y la convivencia dentro de las comunidades educativas.
A esto se suman las cifras que arrojan los estudios sobre salud mental en jóvenes. En

Chile el 60% de los jóvenes confesó alguna vez haberse sentido deprimido o
desesperanzado, según la última Encuesta Nacional de Juventudes del Instituto
Nacional de la Juventud (INJUV). Además, más de un cuarto de la población joven
posee sintomatología depresiva o ansiosa moderada o grave, duplicando a personas
adultas.
Sin embargo, el mismo estudio indicó que ha aumentado considerablemente su
participación social. Más de la mitad de la población joven participa en al menos una
organización (54,4%).
Según quienes participan, los docentes de los colegios que son parte han levantado
la alerta que post pandemia se ha identificado un deterioro en la salud mental de los
niños y adolescentes. Desde Accionadores describen que cuesta que los estudiantes
puedan identificar fortalezas. Y desde la organización creen que el hecho de que
niños y adolescentes no vean oportunidades en ellos mismos da cuenta de
problemas.
“Ha costado bastante que ellos se sitúen como un sujeto que puede aportar,
mayormente ven que el mundo adulto es el que soluciona, más que ellos. Se ven
como espectadores de sus vidas más que protagonistas, lo que nos habla de su
salud mental que es en lo que el programa Accionadores busca impactar”, relata la
coordinadora del programa.
De acuerdo con Alejandra León, voluntaria de América Solidaria en Alto Hospicio,
han visto un cambio “bastante grande” en la convivencia entre los estudiantes de las
dos escuelas: “La base del programa es trabajar de forma colaborativa, pero en un
principio se disolvían los grupos cada semana. A medida que iba avanzando el
proyecto, además de ser capaces de conformar equipos, empezaron a apoyarse
entre grupos. Se dieron cuenta que se necesita solidaridad para sacar las acciones
adelante”.