La eucaristía de los bailes religiosos y la solemnidad de la misa de víspera, marcaron ayer los
principales actos litúrgicos de celebración en honor a la Virgen del Carmen de La Tirana en el
santuario del Tamarugal.
Con un templo lleno de promeseros en el altar mayor y cientos de fieles acompañando las
lecturas, mientras otros en ordenada fila esperaban su turno para saludar a la Chinita del
Tamarugal, se desarrolló la misa para los integrantes de las sociedades religiosas.
El sacerdote Franklin Luza fue el encargado de la ceremonia y tras la lectura de las sagradas
escrituras, en sus palabras a los danzantes y promeseros mencionó que en toda misa y
eucaristía, o momento en que se reúnen los cristianos, se escuchan las sagradas escrituras y
eso no es para quedarse en el pasado, en lo que ya pasó, sino porque son palabras vivas que
alumbran el camino.
“En la primera lectura escuchamos decir “acuérdate de todo el camino que has hecho por el
desierto, 40 años expuesto a víboras, alimañas, al calor y al frio, acuérdate de eso”. Y al
escucharla pensé que es una frase directa para ustedes, porque 40 años es una generación
completa, acuérdense quiénes son ustedes, de dónde vienen, acuérdense del camino que
recorrieron para llegar a este día de fiesta de la fraternidad. Acuérdense de dónde vienen, de
la tradición que tienen, de sus padres, abuelos, ancestros, porque esto nos dará identidad.
Para que los bailes religiosos hayan llegado a esta culminación, a esta fiesta han pasado 40
años, es una manera simbólica de decir que ha pasado muchos años. Cosas simbólicas,
momentos hermosos, pero también han existido alimañas y víboras en la vida de los bailes.
Esto les da identidad, saber con claridad y fuerza quiénes somos. Recuerden que somos
bailes religiosos, no somos actores callejeros, ni folcloristas, sino creyentes en Jesucristo”.
Tras la lectura de las intenciones que realizaron integrantes de las distintas sociedades
religiosas, el padre Luza invitó a los danzantes y feligreses a preparar el espíritu para recibir
con gozo y alegría el 16 de julio, día de la fiesta de la santísima Virgen del Carmen.