Alegría y fraternidad en masivo reencuentro con “La Chinita”

Una fiesta alegre que convocó masivamente a peregrinos de la región y todos los rincones de
Chile, para hacer sentir su devoción a la Virgen del Carmen de La Tirana, fue oficiada ayer la
misa solemne en honor a “La Chinita”.
En el altar, la cruz con las fotografías de miles de devotos fallecidos acompañó la sacra imagen
de la Virgen en la eucaristía que presidió el obispo de la diócesis Iquique Isauro Covili Linfati.
Luego de tres años de ausencia en el Tamarugal, el descenso de la Chinita con las miles de
cintas tomadas por la concurrencia de danzantes y devotos que coparon la explanada reflejó la
emoción que se vive cada 16 de julio cuando la madre está junto a sus hijos e hijas en el
corazón del Tamarugal renovándoles la fe y esperanza en sus corazones.
En sus palabras el obispo pidió que se retome la conversación en todas las acciones de la vida
cotidiana siguiendo el lema de este año de la fraternidad.
“Hoy estamos llamados a vivir y llevar la esperanza de Jesús, allí donde se ha perdido incluso la
capacidad de esperar. Cuántos de aquí estamos tal vez un tanto desencantados por tantas
cosas. Pedimos aquí, en la casa de la madre, para renovar nuestra fe, esperanza y que no se
cansen nuestros pies al llevarla a otros lugares. Venir al santuario cargados de la esperanza
para renovar nuestra fe en Jesús Cristo y el amor maternal de María nos llena de alegría. Otra
alegría es tener cientos de misioneros, laicos, sacerdotes que día a día anuncian a Jesucristo
en campamentos, tomas y poblaciones de la ciudad, la pampa, en el altiplano y el mar. Otra
alegría los hombres y mujeres que se esfuerzan día a día para hacer el bien y por medio de su
trabajo dar el bienestar a sus familias”.
Recordó que el lema 2023 es la fraternidad por lo cual pidió tener cultura del encuentro para
impulsar nuevas dinámicas y construir relaciones fraternas y amistad cívica, con ausencia de
todo tipo de abuso
Invitó el pastor a tener gestos fraternos tanto en la vida pública como privada, en la expresión
de lo cotidiano siendo fraternos y buscando la paz y el servicio amoroso hacia la comunidad.
“Llamamos a conversar en familia, en las instituciones del Estado, en el Congreso, en las vida
local y regional. Debernos cultivar habilidades para mejorar la convivencia, y reconstruir tejido
social. Cada vez que mejoramos ese capital, mejoramos en salud, saluda mental que tanta falta
hace. En medio de las problemáticas sociales, necesitamos una comunidad que nos sostenga y
que de la esperanza que nos permita siempre mirar hacia adelante. Cuanto tiempo hace que

no le decimos a otros cuánto le amamos, queremos, cuánto hace que no recibimos ese
saludo”.

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