Ley REP para envases y embalajes: La zanahoria por sobre el garrote

Comenzamos una nueva etapa de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor o
Ley REP, que involucra a la familia de residuos que enfrenta el mayor desafío, pero
también el mayor potencial de valorización, los Envases y Embalajes. La posibilidad cierta
de reinsertar en el ciclo productivo aquellos materiales que componen los múltiples
envases y embalajes que utilizamos en forma diaria, hace que nos acerquemos, a pasos
agigantados, al sueño de una economía realmente circular.
Como chilenos y chilenas debemos sentirnos orgulloso/as de contar con el marco
regulatorio REP más avanzados de América Latina en esta materia. Cuidemos ese lugar
de privilegio, dando el ejemplo de una gestión de excelencia en base a una gestión
basada en calidad, trazabilidad e inclusión, en un marco de mejora continua.
El desafío es gigantesco. Desde las poco más de 500 mil toneladas de envases y
embalajes que se valorizaban en Chile hacia fines de la década pasada, nos hemos
puesto la meta, como país, de superar los 2 millones de toneladas hacia el 2034.
Solamente para la valorización de plásticos, el desafío es lograr en 12 años lo que Europa
ha avanzado en 27 años de gestión.
Ante este desafío, la invitación es a trabajar en equipo, donde cada actor cumpla su rol.
La autoridad ambiental y sanitaria facilitando la instalación de capacidades en base a
procesos ágiles de autorización, los sistemas de gestión REP generando condiciones
contractuales justas, los municipios integrándose de forma armónica a esta nueva lógica
de gestión de residuos, la empresa privada de gestión y valorización atreviéndose a
invertir en capacidades y procesos de alto estándar, incluyendo en sus diseños el trabajo
conjunto con la población recicladora, la que, a su vez, debe seguir trabajando en la
formalización de su actividad. Por último, y como principales protagonistas, la población
en general, incluyendo las industrias, segregando correctamente sus residuos y
aprendiendo sobre buenas prácticas en base a esfuerzos de educación ambiental
impulsados por el resto de los actores del sistema.
Si cada actor juega su rol en el equipo, cumpliremos las metas persiguiendo la
“zanahoria” de la sostenibilidad, y no por miedo al “garrote” de las multas o sanciones por
incumplimiento.
Andrés Jensen Velasco, gerente de Desarrollo y Nuevos Negocios de Ambipar
Environment