La compleja tarea de retirar lobos marinos muertos en Tarapacá

  • Según explicó a El Longino el director (s) local de Sernapesca, Patricio Rivas, la Delegación Presidencial dispuso fondos especiales para externalizar el retiro de los ejemplares desde el borde costero.
  • Caletas Riquelme y Cavancha son los principales focos de preocupación por la arraigada costumbre de las personas de fotografiarse con esta especie salvaje.

Aunque por el nombre que tiene la enfermedad, la gente asocia solo a aves la gripe o influenza aviar, lo cierto es que una de las situaciones más dramáticas en términos sanitarios y ambientales está afectando por estos días a los lobos marinos asentados en colonias en toda la costa tarapaqueña y en las dos caletas urbanas que posee la ciudad de Iquique.

Así lo explicó a El Longino, el director subrogante del Servicio Nacional de Pesca, Patricio Rivas Deville, quien recordó que tras confirmarse el primer caso a nivel nacional, “primero entró en escena el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), entidad que estableció protocolos y acciones a seguir de muestreo en terreno”.

A partir de entonces, las autoridades sectoriales establecieron ciertas competencias y tareas a las reparticiones pertinentes, quedando la fiscalización del tema en el SAG cuando se trata de aves porque “allí aplica la Ley de Caza”, en tanto especies como pingüinos y lobos marinos –por ejemplo– pasaron a ser monitoreados por Sernapesca apuntando a lo que consigna actual Ley de Pesca.

En concreto, se partió por pesquisar casos de esta enfermedad en pingüinos de Humboldt, pero –con el pasar de los días– comenzaron a aparecer lobos marinos muertos y otros con los síntomas propios de la gripe aviar “en todo el litoral de nuestra región, desde el sector de Pisagua hasta la desembocadura del río Loa, configurándose un fenómeno que ha ido aumentando de manera constante, al menos hasta ahora”, precisó el profesional.

Hasta el 1 de abril, la cifra oficial señalaba que Sernapesca Tarapacá había procedido a retirar

241 lobos marinos muertos, cuyos restos fueron dispuestos en una zanja especial del sector de Alto Seremeño.

Rivas Deville reconoce que para la entidad –que posee una planta de apenas 31 funcionarios en total– esta nueva responsabilidad les ha agregado mayor sobrecarga a sus tareas habituales: Una parte de la complejidad de la situación deriva que esta institución “no tiene como foco retirar animales muertos en el borde costero, ya que eso habitualmente lo hacía la Municipalidad, pero desde que el fenómeno aumentó en magnitud y volumen, por alguna razón el municipio no lo está haciendo y rápidamente hubo que implementar medidas para poder retirar estos ejemplares de modo de disminuir el riesgo de propagación viral”.

¿La complejidad viene por el hecho de retirar animales que pueden pesar 200 kilos?

– Por supuesto. Porque es muy distinto retirar aves que pesan mucho menos, ya que tienen pequeños huesos llenos de aire, son muy livianos comparativamente y además que ocupan menos espacio.

Otra cosa muy diferente es retirar lobos marinos, sobre todo ejemplares adultos que imponen un desafío bastante complejo, motivo por el cual la Delegación Presidencial de Tarapacá se hizo cargo del problema por medio de fondos especiales –desde Senapred– y se pudo externalizar esta tarea, contratándose a una empresa especializada que está retirando los animales.

¿La labor se desarrolla con maquinaria pesada?

–Sí, en algunos casos ha sido necesario el uso de maquinaria pesada y lo ideal sería contar con ese insumo todo el tiempo. En rigor, el personal de esta empresa externa se encuentra en terreno y está retirando los animales uno a uno, dedicada cien por ciento a esta labor y con personal que cuenta con todos sus elementos de protección personal que son vitales en estos casos.

¿Y cuál es la función diaria de Sernapesca?

–En primer lugar, hacemos la pauta de trabajo de cada jornada, para que opere esta empresa externa y donde hacemos una suerte de resumen con toda la información disponible sobre dónde y en qué sector de la costa hay presencia de animales muertos.

¿La zanja sanitaria es la misma que para las aves?

– Sí, en Alto Seremeño, ya que ese lugar ya estaba habilitado por el SAG para disponer las aves muertas y, como en esta segunda etapa la gripe se ha extendido a mamíferos grandes, se amplió el lugar para recibir los restos infectados de los lobos marinos. Se trata de un terreno que se llena más rápidamente con los volúmenes de estos ejemplares que con las aves, aplicándose todo un protocolo para su disposición a la espera que disminuya el fenómeno porque es muy penoso ver a estos animalitos agónicos porque –al no haber vacuna– no se puede hacer nada más, aparte que sería imposible vacunar a colonias de animales salvajes.

Si no se puede prevenir con vacunación, ¿cuál ha sido el foco de ustedes?

–Básicamente, nos hemos dedicado a bajar la circulación del virus de la influenza aviar por lo que aprovecho este espacio de El Longino, para insistir a la comunidad la idea fuerza de: “No toques y Reporta”, porque tenemos que reconocer que todavía hay gente que no entiende ni comprende que no se puede acercar a estos animales. Lo correcto no es acercarse y llamar a la línea telefónica gratuita de Sernapesca 800-320-032 donde se puede dar aviso 24/7 de la fauna marina afectada por enfermedad o muerte.

¿Alguna recomendación en Semana Santa si alguien piensa visitar las caletas?

– Nunca, estrictamente, nunca las personas deberían acercarse de manera irresponsable a estos animales porque son salvajes, no domésticos y estoy hablando de los ejemplares sanos que pueden reaccionar de manera agresiva frente a los humanos; la recomendación es doblemente pertinente si hablamos de animales muertos.

Se tiene que asumir que ellos viven en su hábitat natural y es el ser humano el que ha invadido sus espacios, teniendo conductas negligentes tales como acercarse, darles alimentos y tomarse la foto junto a ellos. Nada de ellos es recomendable ni adecuado.