Estas son las deficiencias “ocultas” de la educación pública que el SLEP Iquique está haciendo “visibles”

Tal como se adelantó desde la Dirección Ejecutiva, este 2024 ha sido pensado para
realizar un diagnóstico fino de las carencias que arrastra la educación que el Estado de
Chile brinda a los grupos más vulnerables de Alto Hospicio e Iquique. De ello
conversamos con Ana María Bustos, la magister que tiene la responsabilidad de prestar
herramientas pedagógicas a directivos y docentes para que los estudiantes eleven sus
niveles actuales de aprendizaje, calificados de “insuficientes”.
Isabel Frías
Periodista UC
Una extensa trayectoria en materia de apoyo técnico a docentes de la educación parvularia,
básica, media, técnico-profesional, especial y también universitaria es la que exhibe Ana María
Bustos, Subdirectora de Apoyo Técnico Pedagógico del Servicio Local de Educación Pública
(SLEP), de la provincia de Iquique.
Aunque esta nueva sigla —con los bajos indicadores de comprensión lectora regionales— sea
motivo de cierta confusión para el público no experto, la formación de esta magister en Ciencias
de la Educación logra sortear exitosamente cualquier distancia dado que su labor consiste,
precisamente, en ser capaz de intervenir una parte crucial en esta revolución cultural de los SLEP.
Y es que, por si alguien no se ha dado por informado, a partir de este 2024 nuestra región de
Tarapacá “enterró” la “educación municipal” y ahora todas los establecimientos transitan hacia
un nuevo modelo de educación pública, esa que la gente identifica con la “gratuidad”, y cuyo
desafío mayor es —lejos— elevar la hoy esquiva “calidad”, calidad que no posee y que
compromete severamente a esa juventud llamada a liderar el futuro del país.
Najle Majluf, el abogado y director ejecutivo del SLEP Iquique, a principios de este año, en
entrevista exclusiva con El Longino explicó los fundamentos en que se basa esta titánica tarea,
adelantando que los primeros doce meses serían un “período básicamente de diagnóstico”; es
decir, que este 2024 estaría dedicado a evaluar y ponderar en toda su magnitud los vacíos en el
aprendizaje que afectan a los niños, las niñas y a los adolescentes que asistenten a los colegios
públicos de la principal provincia de Tarapacá y —además, por cierto— identificar los logros, allí
donde los hubiese, a fin de profundizarlos y ojalá replicarlos.
Sintetizado en números —materia aritmética aún más compleja para el actual estudiantado—,
este nuevo servicio público nos ha compartido una buena foto inaugural: El SLEP Iquique es el
sostenedor y responsable ahora de 40 establecimientos educacionales, de los cuales 9 son liceos,
18 escuelas, 12 jardines infantiles y un Centro de Capacitación Laboral, todos con realidades
específicas y distribuidos en las populosas comunas de Iquique y Alto Hospicio que concentran el
90% poblacional regional.
“Es un cambio estructural que tiene una envergadura social y cultural profunda”, puntualiza de
entrada la profesional, poniendo el contexto adecuado para esta entrevista.
¿Cómo se pueden enfatizar estos conceptos a esos padres y apoderados cuyos hijos o hijas son
los protagonistas de un cambio que aspira a ser mayúsculo?

—En efecto, como le señalo, estamos frente a una transformación de gran profundidad y, tal vez
por ello, le cuesta mucho a la ciudadanía comprender que este no es solo un cambio de
Sostenedor, sino que se trata de una nueva mirada de la educación pública en Chile.
Y su rol, para entenderlo bien, ¿se focaliza en impactar la transformación de los profesores para
que apliquen “otras” técnicas en los estudiantes, por ejemplo?
—Yo creo que el trabajo de esta Subdirección de Apoyo Técnico Pedagógico tiene una audiencia
bien amplia sobre la cual trabaja y, como su nombre lo dice, es la unidad o área encargada de
implementar el acompañamiento en los establecimientos educacionales, principalmente a los
equipos directivos de los colegios, liceos y jardines infantiles y lo cual involucra a los directores, a
los jefes técnico-pedagógicos, al inspector general, al encargado o responsable de la conviviencia y
apoyos psicosociales.
Y todo lo anterior es para movilizar el mejoramiento de los aprendizajes de todos los alumnos y las
alumnas, pero además, esta subdirección debe asesorar al SLEP en sí mismo, en toda su
estructura, incluso en la selección de personas y profesionales idóneos, además de quienes velan
por la infraestructura y su mantenimiento, para que siga una lógica que esté en función del
proyecto educativo, del Plan de Mejoramiento que debe tener una mirada centrada en lo
pedagógico para mejorar los resultados de aprendizaje.
Enfoquemos esta primera conversación en las salas de clases de los establecimientos, y nos
cuente con qué recursos parte esta cruzada-País.
—Usted ya mencionó a sus lectores el universo de los 40 establecimientos, de los cuales 28 son
instituciones propiamente educacionales, donde se reflejan todas las modalidades y niveles, desde
pre-escolar hasta educación de adultos, incluso en contexto de encierro o privación de libertad
además de reinserción social.
Los 12 jardinenes infantiles dependientes de este SLEP están en Alto Hospicio, que va desde la
primera infancia que implica Sala Cuna hasta llegar al nivel medio mayor que funciona “vía
transferencia de fondos” desde la Junji y que este Servicio tiene el deber por Ley de administrar a
partir de este año en curso, pero donde lo más relevante es velar por los sestándares técnico-
pedagógicos. Hablamos de alrededor de 180 profesionales en los establecimientos educaciones.
Estamos en abril y, por tanto, es un período acotado, pero ¿cuál sería la primera impresión que
el Estado tiene de los vacíos existentes? ¿Qué demandas han hecho presente los equipos
directivos? ¿Qué brechas pedagógicas se vislumbran en la educación pública de Iquique y Alto
Hospicio a grandes rasgos?
—Lo primero que compartiría con sus lectores es que hemos tenido una relación bien positiva, al
poder vincularnos, de establecer una confianza a pesar de que, en efecto, llevamos poco tiempo
de ello, aunque nosotros como SLEP desarrollamos una serie de reuniones previas con todos los
involucrados y los equipos de gestión donde pudimos darle a conocer el “modelo” a aplicar, cuál
es la visión y misión que teníamos.
Aclaramos desde el inicio que ese vínculo se iba a dar desde “el acompañar” el Mejoramiento, y no
un ente punitivo ni sancionador, porque este Servicio no despliega la fiscalización que es
pertinencia de la Superintendencia de Educación. Todo lo anterior, además, lo hicimos y lo
estamos haciendo conociendo y respetando las trayectorias de cada establecimiento, lo cual es
fundamental.
¿Nos puede entregar más información en qué estado se encuentra la educación de los niños y
las niñas de Iquique y Alto Hospicio, hoy, sin intervenir todavía esos procesos de aprendizaje?

—Con las herramientas que contamos, como es por ejemplo la Ley de Aseguramiento de la
Calidad, podemos ya evidenciar que hay una situación preocupante que tiene que ver con que
tenemos una alta concentración de alumnos y alumnas en el nivel de logro denominado como
“Insuficiente”.
¿Y qué implica ese nivel “insuficiente”, para explicarlo a papás, mamás, apoderados y la
ciudadanía?
—En términos simples y palabras coloquiales significa que en hay alumnos y alumnos que en
Iquique y Alto Hospicio han pasado de curso sin saber lo que el curriculum escolar chileno señala
que debería saber a todo evento y en cada nivel correspondiente. Y eso es grave y se trata de un
fenómeno profundo porque nos habla de que hay ciertas habildades, ciertos conocimientos y
también actitudes que no se encuentran desarrolladas de manera profunda o consolidada.
Frente a un panorama como este no podemos pensar ni como educadores ni como SLEP que
vamos a poder revertir esta situación, pero debemos priorizar en cuáles son los conocimientos y
habilidades serán la base de los procesos de aprendizaje.
¿No se puede pensar en recuperar los aprendizajes?
—No, aquello sería una utopía total, pero sí podemos priorizar qué es lo central, sea la
comprensión lectora, las habilidades de reconocer información implícita y explícita en el caso de
Lenguaje o la habilidad de desarrollar una lógica matemática o la exploración y otros elementos
que como SLEP vamos a priorizar para desarrollar con mayor énfasis, de manera independiente del
nivel del estudiante.
Ese es un primer tema. Por otro lado, nos hemos podido dar cuenta que, así como pasa en toda la
educación del territorio la mirada ha estado más centrada preferentemente hacia lo
administrativo que lo técnico-pedagógico, en tanto necesitamos que los liderazgos estén
centrados en la pedagogía porque nuestro “Giro” es la educación y la responsabilidad social de
este SLEP Iquique es mejorar el resultado de aprendizaje y lograr cambiar para mejor la vida de
esos niños y de esas niñas y adolescentes, jóvenes y adultos que tenemos a cargo.
No podemos centrarnos en los recursos, sino en cómo esos recursos posibilitan más y mejores
aprendizajes, actualizados, pertinentes, atingentes a la realidad que tienen esos niños y niñas, bajo
un contexto multicultural de nuestra región.
¿Podriamos concluir que eso último que enfatiza es el desafío de fondo para superar esta
situación acual, que usted ha partido calificando como “precupante”?
—Sí, eso de todas maneras. Nuestro desafío como SLEP Iquique es cómo transitamos desde la
mirada administrativa a una mirada y gestión más pedagógica.
Las adultas y adultos responsables de un niño o niña sin duda quisieran que no se perdiera
tiempo en intervenir estos vacíos pedagógicos existentes, que hubiera un sentido de urgencia
para solucionar estos procesos que vienen “incompletos”.
—Por supuesto. Creo sin embargo útil recalcar que todo proceso de Mejora no es un proceso
rápido, sino que es paulatino, tiene aciertos y desaciertos, un avanzar y retroceder y reflexionar.
Pero, también pienso que hay ciertas condiciones dadas, cierto terreno fértil para efectuar estas
Mejoras y se relaciona con que la Política de Seguramiento de la Calidad, la brújula rectora acá,
entrega algunos instrumentos como el modelo de gestión y liderazgo, los estándares indicativos de
desempeño que nos están orientando a los énfasis que será necesario priorizar, y sabiendo que
hay muchos temas urgentes que también son proritarios porque pueden apalancar las mejoras en
otros ámbitos. Creo que por ahí está la conversación y por ahí tendrá que ir el desarrollo de
capacidades.

¿Podría explicar esa última idea de otra manera…?
—Diría que, más que llegar a la Sala la Clases, lo que impacta es movilizar y dotar de capacidad de
reflexión y liderazgos a quienes componen los equipos directivos porque todos los estudios
nacionales e internacional concuerdan en que un equipo con el foco en lo pedagógico, que
promueva los aprendizajes entre sus docentes y asistentes, impacta la mejora progresiva de las y
los estudiantes.
Los líderes educativos al interior de estos 40 establecimientos podemos movilizar la autonomía de
estos colegios para identifiquen qué acciones y estrategias les van a llevar a conseguir algunos
logros o tomar nuevos caminos para reforzar nuevos aspectos. Ahí está la clave.