En el paro reciente en la ITI Bolivia denunció que hubo perdidas diarias de casi 6
millones de dólares, al igual que los usuarios de la Zona Franca.
La Unión Portuaria y el sindicato de la Administradora de Naves Humboldt convocan a
paros y huelgas, poniendo en jaque la logística exportadora del país, especialmente en
el sector frutícola, con potenciales repercusiones en la economía nacional.
El panorama portuario y exportador de Chile enfrenta una semana crítica tras el
anuncio de dos importantes movilizaciones laborales. Por un lado, la Unión Portuaria
de Chile y el Frente de Trabajadores Portuarios del Centro han declarado un paro
nacional a partir de este 4 de abril, citando la insuficiente respuesta del Estado a sus
demandas laborales.
Por otro lado, el sindicato de la empresa Administradora de Naves Humboldt,
significativo en el ámbito marítimo nacional, ha votado a favor de iniciar una huelga el
próximo 8 de abril, tras rechazar la oferta de la compañía en las negociaciones
colectivas.
Estos anuncios han generado una preocupación inmediata entre los exportadores de
frutas, un sector vital para la economía chilena. Iván Marambio, presidente de Frutas de
Chile, ha expresado su alarma ante la situación, destacando que la mayoría de las
exportaciones frutícolas del país se realizan por vía marítima. Con más de 1,5 millones
de toneladas de fruta exportadas hasta la fecha, cualquier interrupción en los puertos
puede tener consecuencias severas para el sector y la economía nacional.
Marambio hace un llamado urgente al diálogo entre las autoridades, los puertos y los
trabajadores para encontrar una solución que evite daños mayores a la cadena
logística y, por ende, a las exportaciones chilenas. La situación subraya la importancia
de los puertos en la economía de exportación de Chile y la necesidad de mantener un
flujo constante y eficiente en estos puntos críticos.
Por su parte, el sindicato de la Administradora de Naves Humboldt, parte del holding
Ultranav, ha rechazado una propuesta que consideran insuficiente y prepara a sus más
de 340 oficiales y tripulantes para la huelga. Esta acción podría detener la operación de
un número significativo de naves y remolcadores a lo largo del país, afectando no solo
a la exportación frutícola sino también a otros sectores clave como el minero y el
energético, que dependen del transporte marítimo para sus operaciones.
Estos movimientos laborales ponen de manifiesto las tensiones existentes en el sector
portuario y marítimo chileno, así como la necesidad de abordar las demandas de los
trabajadores de manera efectiva para evitar impactos negativos en la economía
nacional. Con plazos de negociación y paros ya en marcha, el llamado al diálogo y la
búsqueda de acuerdos se vuelve más urgente que nunca, con la esperanza de prevenir
retrasos y pérdidas en uno de los pilares de la economía chilena.